Nuevas tecnologías: ¿Beneficios o riesgos para niños y adolescentes? (2a parte)

Después del primer artículo sobre adolescentes y nuevas tecnologías en el que analizamos el uso que realizan los jóvenes de éstas, hoy hablaremos de como comprender y tratar esta nueva forma de comunicación.

  • ¿Cómo no demonizar ni tratar ingenuamente a las nuevas tecnologías?

A lo largo de la historia de la humanidad nuevos monstruos y fantasmas han ido acompañando cada avance tecnológico en su doble vertiente de posibilitar el progreso y al mismo tiempo aumentar la destructividad humana. Ha ocurrido con los descubrimientos a nivel del genoma humano, de la ingeniería genética, de nuevas sustancias aplicables al progreso o a la guerra, a la salud o a la enfermedad, a la creación de un mundo más igualitario o al aumento de las diferencias entre los seres humanos; al incremento de las comunicaciones o a la creación de una mente colectiva indiscriminada que responde a las necesidades de los poderosos de poner el planeta a su servicio.

Cada adelanto tecnológico y sus nuevas prótesis y monstruos, han ido demostrando progresos evidentes como la prolongación de la expectativa de vida, la disminución de algunas formas de sufrimiento, pero también han demostrado que el hombre no es significativamente más feliz, cuando se coloca todas sus nuevas prótesis.

Creo que esta reflexión puede darnos tranquilidad en el sentido de que las formas de acceder a la felicidad siguen teniendo que ver con lo más sencillo y natural, con encontrar el sentido de la vida y las maneras de ir caminando junto a otros; si nos movemos dentro de estos parámetros aumentan las posibilidades de que los monstruos y las prótesis ocupen un lugar adecuado, poniéndose al servicio de lo humano y de la relación entre los hombres.

  • ¿Cómo acompañar a nuestros adolescentes?

En primer lugar, nos corresponde no quedarnos afuera de esta nueva “era de la información y de la comunicación”. Cuando vemos a algunos abuelos comunicarse con sus nietos que viven en otros continentes a través de “Skype”, enviarse fotos, música o chatear a través de Whats App, no nos quedan dudas de que es posible y de que en todo caso se trata de superar un límite mental relacionado con el miedo a lo desconocido y a lo nuevo.

Lo mismo ocurrió y ocurre con la televisión, ya normalmente incorporada en todos los hogares. Es cierto que los rayos catódicos de las televisiones producen un efecto hipnótico en los niños y que debemos vigilar de no utilizarla como un “canguro electrónico”. Poder compartir con ellos el visionado de algunos programas y poder pasar tiempo con ellos disfrutando, pensando, criticando, aprendiendo. En este camino propongo una hibridización entre los nuevos medios de comunicación y las posibilidades de comunicación y reflexión de toda la vida: la conversación y el tener tiempo para estar con los otros, con serenidad.

En cuanto a Internet, no debemos entrar en los Facebook de los adolescentes, ellos no lo desean, aunque sea un espacio abierto, es como su habitación, puede estar abierta, pero hay una línea imaginaria que señala los límites de la intimidad y debemos ser autorizados para entrar en ciertos lugares; lo cual no quiere decir que si detectamos situaciones de peligro no debamos intervenir, aunque siempre es posible intervenir sin engaños, inclusive en las situaciones de gravedad.

En la comunicación con nuestros adolescentes, debemos desarrollar y poner en práctica aplicaciones en los ámbitos de la escuela, de las instituciones asociativas y de la familia. Nos dedicaremos a este último punto. Existen medios o plataformas en internet que permiten realizar juegos de entretenimiento o de desarrollo intelectual, desarrollar dibujos colaborativos, portales de comunicación con nuestros adolescentes como Whats App, el cual permite varias cuestiones novedosas, genera la vivencia de presencia permanente y al mismo tiempo de independencia del otro en tiempo y en espacio; desarrolla la comunicación escrita, facilita el tiempo para la reflexión y mejor administración del exceso de comunicación vía telefonía móvil convencional. Los jóvenes lo utilizan con mucha comodidad.

Algunos estudios corroboran que la apropiación por parte de la juventud de estas tecnologías constituye un vector de desarrollo de una cultura participativa, mediada por la tecnología, y sustentada en primer lugar por relaciones de amistad, este aprendizaje es abiertamente colaborativo, horizontal e igualitario, frente a un flujo tradicional de transmisión de información vertical, de los adultos expertos a los menores profanos. (Aranda, D. et.al.; 2010)

Como cuestiones en contra, debemos considerar que aun son tecnologías caras en cuanto a la complejidad de la máquina requerida y en cuanto al coste de la tarifa telefónica con conexión a internet, pero es cuestión de tiempo que aumente su accesibilidad.

El análisis de los datos obtenidos en diversas y recientes investigaciones realizadas en España nos permite visualizar una generación altamente equipada, multitarea, movilizada, autónoma, interactiva, que se divierte en digital, que necesita relacionarse y que está expuesta a nuevos riesgos (Bringué, X.; Sádaba, Ch.; 2010). En cuanto a los contenidos existentes en Internet, los que más deben preocuparnos son: la violencia, la pornografía y la falta de privacidad.

Los casos de adicción a la tecnología existen y han de ser tratados de modo ágil y rápido por los especialistas adecuados (pueden ser considerados adictivos usos de más de veinte horas semanales por fuera de los relacionados con la tarea, aunque también deben ser considerados estos usos no solo en su cantidad sino también en su calidad; como en todo comportamiento adictivo la imposibilidad de suspender el consumo o una práctica es un primer indicador de patología). Sin embargo, en la mayor parte de los casos, los menores simplemente desarrollan un uso desmedido de las pantallas, fruto de la ausencia o la dificultad de control por parte de los adultos.

  • ¿Cómo podemos acompañar y proteger a nuestros niños y adolescentes?

Debemos tomar medidas desde distintos ámbitos (gubernamental, familiar, escolar) para salvaguardar la integridad física y psicológica del menor. Las tres más importantes son la regulación, la mediación familiar y la educación en este ámbito.

En cuanto a la familia, no es raro que niños y adolescentes superen a sus padres en el manejo y conocimiento de determinadas pantallas, lo cual puede dificultar la labor de mediación de los progenitores. Por ello nos parece fundamental que los padres aprendamos a usar estas tecnologías con el objetivo de poder ejercer una correcta labor mediadora.

Debemos favorecer que los contextos tecno-sociales sean utilizados en el sentido de la participación activa, y de una comunicación rica subjetivamente, con espacio para el silencio, la reflexión, la imaginación y la crítica. Estos usos enriquecedores, evidentemente están relacionados con aprendizajes previos al uso de la tecnología, a la que también podemos entender como una extensión de la comunicación offline.

El “phishing” (solicitud ilegal de claves), el “cyberbulling” (acoso a través de la red) o el “grooming” (suplantación de identidades por parte de adultos que se hacen pasar por menores), son los más importantes de estos nuevos riesgos. Se puede apreciar que en el caso de las chicas, y precisamente entre los 12 y los 16 años, se agudiza la posibilidad de ser víctima de esta práctica. Pero los menores no sólo ocupan el papel de víctimas: también se han convertido en agresores gracias a la tecnología de la que disponen. Aunque de nuevo los porcentajes son pequeños, en este caso son los chicos, entre los 14 y los 16, quienes parecen manifestar una mayor propensión a este tipo de prácticas.

El mayor número de medidas de protección utilizadas están relacionadas con la restricción del tiempo de conexión o con la desconexión, mucho menos en cuanto al filtrado de los contenidos. Aproximadamente un 18% de los menores de 10-18 años reconoce claramente que hay un sistema de filtrado de contenido en su conexión a la red. El resto solo identifica algún tipo de protección contra virus.

  • ¿Qué podemos pensar sobre la ubicación espacial del ordenador en menores de 10 a 12 años?

Tengamos en cuenta que existe un alto porcentaje de ordenadores ubicados en el dormitorio de los niños y que a través de Internet se habilita la conexión con personas desconocidas.

  • ¿Podemos pensar que en la medida que vayan madurando y adquiriendo recursos de autoprotección irán adquiriendo naturalmente mayores grados de autonomía?

Debemos promover el desarrollo de juegos y aplicaciones en solitario y online de calidad en el sentido de que fomenten la participación activa, el desarrollo de la capacidad de pensar y de las capacidades de comunicación social.

En la salud mental llevamos diez años utilizando foros, chats y plataformas de dibujo colaborativo en tratamientos individuales y grupales, psicoterapéuticos y socioterapéuticos, con resultados favorables que han permitido abordar algunos casos que de otra manera no se hubieran podido abordar, complementar tratamientos presenciales en pacientes desplazados geográficamente, permitir profundizar la tarea en los intervalos entre sesión y sesión. También se han realizado tratamientos que en su mayor medida se han desarrollado a través de Internet (Vaimberg, R.; 2012).

Nuestra comunidad se ha ampliado hacia esta comunidad virtual que nos entusiasma y nos inquieta. Nuestros hijos y adolescentes en estos últimos veinte años pueden ser considerados nativos digitales, que han ido incorporando estos medios desde el período de formación de su mente. Nosotros, los adultos, podemos decidir ser ciudadanos por adopción de estas comunidades virtuales, si no la hacemos, igualmente nos corresponde la responsabilidad de preservarlas, desarrollarlas y velar para que su evolución vaya en el sentido de la creación de un mundo mejor.

 

  • Algunas informaciones de interés

Para más consejos referentes a la seguridad de internet podeis visitar el siguiente vídeo.

Filtrar el contenido web es otra herramienta muy útil para los padres, podeis visitar la web de OPENDNS para más información y seleccionar la versión que deseemos.

Google ofrece herramientas para filtrar las búsquedas también, eliminando el contenido para adultos de los resultados de búsqueda y en los vídeos de youtube.

 

Raúl Vaimberg Grillo

Médico Psuiquiatra – Doctor en Psicología

Director de GRUP

rvaimberg@gmail.com

 

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