Los límites en psicoanálisis. El concepto de castración simbolígena en Françoise Dolto
Castración simbolígena
(con la colaboración de la Lic. Eugènia Pellejà Quiñones)
¿Qué significa castración simbolígena en psicoanálisis? La castración en biología es una mutilación física irreversible que deja estéril. La castración en psicoanálisis es un proceso según el cual un ser humano indica, mediante el lenguaje gestual, mímico o verbal, a otro ser humano que el cumplimiento de su deseo está prohibido por la ley. Una traducción adecuada a un lenguaje convencional es “límite”. Las tendencias instintivas así reprimidas por las prohibiciones establecidas implican una reestructuración dinámica, cuyos efectos son el reforzamiento del deseo cuyo fin ha sido prohibido y su realización mediante sublimación.
Una castración puede conducir a la sublimación pero no es sinónimo de sublimación. Una castración que induce al deseo de satisfacerse con el sufrimiento en lugar de con el placer, es una perversión. La castración es generadora de una manera de ser nueva frente a un deseo imposible de satisfacer en la forma en que se satisfacía hasta entonces.
Hay un momento preciso para cada castración. Ese momento es aquel en que las pulsiones han aportado cierto desarrollo del esquema corporal, y hacen que el niño sea capaz de obtener placer sin el contacto cuerpo a cuerpo, siendo el lenguaje el mediador de las castraciones superadas. Otra condición necesaria para asegurar la dimensión simbolígena del proceso de castración es que el adulto ha de ser una persona amada que siente amor casto por el niño. Si el adulto está angustiado por sus propios deseos impide al niño sublimar. Una castración con éxito es aquella que se hace a tiempo por un adulto a quien el niño ama.
Castración umbilical
La angustia o la alegría en la castración umbilical (en el parto) marcan de manera simbolígena o no el psiquismo de un ser humano independientemente de su organicidad. El narcisismo pacificado o conflictivo de los padres sostendrá el desarrollo del niño.
Castración oral
Eldestete requiere la separación madre-pecho-objeto parcial que está ligada a la necesidad alimenticia, de madre-objeto total. El destete Introduce al niño en relaciones nuevas. Es el establecimiento de nuevos medios de comunicación y placeres diferentes.
La madre es capaz de comunicarse con su hijo de otra forma, a través del lenguaje. Si después de mamar y antes del sueño pone en la boca del niño cualquier objeto que sus manos puedan coger y lo nombra, cuando ella no esté él lo rememorará. Sólo después del destete empieza la asimilación de la lengua materna. Una madre que no habla a su hijo mientras le da de mamar o que se muestra indiferente por depresión generará un destete no favorable a la socialización, expresión verbal y motricidad.
En la castración simbolígena la madre que desteta y consuela, enseña a través del lenguaje a introducir al otro.
Castración anal
Sólo es posible hablar de castración anal si el niño es reconocido como sujeto. La castración anal es la prohibición de dañar su propio cuerpo. A través de sus excrementos el niño rechaza a la madre incorporada como objeto parcial oral. Toma y expulsa a una mamá imaginaria, mientras que la mamá real le ha dado el objeto alimentario parcial y le sustrae el objeto digestivo excremencial. La castración anal orienta al niño a dominar él mismo su motricidad, pero no solamente la excremencial.
Es simbolígena sólo cuando hay identificación motriz con el objeto total que representa cada uno de los padres y hermanos mayores. Si no hay simbolización no puede sublimar el placer anorectal, y vuelve a él por falta de desplazamiento de las pulsiones anales sobre estos objetos parciales situados más allá de su cuerpo. La madre sigue siendo imaginariamente interior en lugar de estar representada inconscientemente por los objetos exteriores que ella ha nombrado.
El niño descubre que las prohibiciones son aseguradoras cuando su experiencia le muestra que si las transgrede tiene sufrimiento real. Esto le proporciona confianza en sus padres y en las verbalizaciones que limitan su libertad.
Una castración anal sana, no está centrada en el pipi y la caca sino en la valorización de la motricidad manual y corporal. Permite al niño sustituir los placeres excremenciales por la alegría de manipular los objetos de su mundo. Implica deseo y placer de los descubrimientos motores voluntarios. Debe enseñar al niño la diferencia entre lo que es su posesión y lo que es la posesión del otro.
El destete, la castración oral, la motricidad autónoma y la castración anal, generan la individuación que permite al esquema corporal del niño separase de su madre y, por sustitución, ligar su propio esquema corporal, en elaboración, con su imagen inconsciente del cuerpo. Este narcisismo preyoico emana de la experiencia del espejo: la imagen que él ve en el espejo cobra sentido de experiencia por la presencia al lado del niño, de una persona con la cual su imagen del cuerpo y su esquema corporal se reconocen.
Castración primaria
La castración primaria es un puente entre la castración anal y la castración genital edípica.Es el descubrimiento de su sexo por el niño y de lo que ello significa para el futuro.
Castración genital edípica
Es el período que sucede al momento en que los niños descubren su pertenencia a un sexo. Desde ese momento la imagen de su cuerpo cambia para él, esa imagen ya no es inconsciente.
Por la palabra del padre y su ejemplo de respeto a las mujeres, el varón capta la diferencia entre su deseo uretroanal de adueñarse del cuerpo del otro y el hecho de dar la vida y la elección del amor asociada al deseo.
Si no se imparte la educación sobre el dominio del deseo prohibiendo el incesto, el varón puede seguir toda su vida con una elección narcisística del objeto elegido, destinado a sus placeres parciales genitales y mantenido bajo su dependencia por intimidación o violencia.
Bibliografía
Dolto, F. (1986). Imagen inconsciente del cuerpo humano. Buenos Aires: Paidós.